HEMOS PERDIDO LA DIGNIDAD?

No hace mucho tiempo, hubo un pueblo que se levantó indignado. De la noche a la mañana, gentes de todos los estratos sociales, nos veíamos en las calles, se acampaba en plazas principales de las ciudades. Ya sé que las asambleas eran interminables, agotadoras, poco resolutivas; pero existía un contacto íntimo entre personas con ligeras diferencias en sus conceptos. Salieron a la luz los graves problemas que atravesábamos como sociedad, se cuestionó el Sistema, se ponía cerco a la corrupción, se pretendía tomar las instituciones, asaltar espacios reservados a los próceres de la política, abrir la política a la calle, instaurar una Democracia Real. Éramos los INDIGNADOS, supuestamente gente que clamaba por la DIGNIDAD y con ella, por todos los derechos que se habían ido relajando a lo largo de los tiempos; relegando por mor de la necesidad vital, por abandono, por la mala fe de quienes nos gobernaban o gozaban de algunos de los poderes de los que les habíamos dotado.

Esto es el cuento de siempre, se empezó a oír en los mismos círculos y asambleas mencionados; esta era la semilla que sembraba el Sistema, como siempre, para acallar el grito desesperado de los Indignados. Como tantas otras veces en la historia de la humanidad, más en los últimos tiempos, el Sistema se disponía a engullir cualquier alternativa viable que le impidiera seguir existiendo. La inopia política de las mayorías, le iba a servir en bandeja la cabeza de los Indignados. Era la quinta columna, una vez más, cercenando los derechos y las libertades de la mayoría de la ciudadanía.

Hoy asistimos, una vez más, al teatro creado por el Sistema, para confundir las mentes, para dirigirlas hacia los fines que siempre ha pretendido. No en vano es la base del Capitalismo que nos gobierna, que nos seduce, que nos condena. El mismo capitalismo que manipula los medios de información, el mismo que impide nuestro acceso a la cultura, el mismo que envenena ríos y mares, el mismo que juega con nuestras vidas como si le pertenecieran por derecho. Este capitalismo que dispone quien es elegido para cada uno de los niveles vitales en que nos desenvolvemos las personas de a pie, el mismo que genera clases superiores e inferiores entre seres que somos, básicamente, iguales. Aquí estamos, etiquetados de por vida, con la cruz que nos ha tocado a la gran mayoría, de portar sobre nuestros hombros, a los pocos privilegiados que en el mundo mandan.

Dicen, que cuando te engañan la primera vez; la culpa es de quien te engaña. Pero cuando te engañan la segunda, la culpa es tuya. Hasta Aryen sabe que “no hay que dejarse engañar”. Mucho menos, defender a quienes vienen haciéndolo sistemáticamente. Pero esto es algo en lo que no parece reparar la mayoría de las personas afectadas; muchas de ellas acérrimas defensoras de cualquier poder.

Hoy nos seguimos indignando por la sucesión de asesinatos de mujeres y niños.

Hoy nos seguimos indignando porque se expulsa a personas de sus casas.

Hoy nos seguimos indignando porque se nos niega la igualdad entre nosotras, las personas.

Hoy nos seguimos indignando porque las pensiones no cubren las necesidades de los mayores en muchos casos.

Hoy nos seguimos indignando porque los mismos políticos que hacen las leyes, se las saltan a la torera.

Hoy nos seguimos indignando porque los medios mienten y crean confusión.

Hoy nos seguimos indignando porque nos asesinan el Mar Menor.

Hoy nos seguimos indignando porque se culpabiliza a 3 personas por reivindicar un soterramiento necesario en Murcia.

Hoy nos seguimos indignando porque los pobres somos más pobres y los ricos más ricos.

Hoy nos seguimos indignando porque los poderosos, lejos de intentar salvar la vida en el planeta, parecen tener prisa por exterminarla.

Hoy nos seguimos indignando porque se nos niega información sobre el cambio climático y sus consecuencias.

Hoy nos seguimos indignando porque se nos niega el acceso a una Sanidad Pública de Calidad.

Hoy nos seguimos indignando porque se nos niega una Educación Pública Laica y de Calidad.

Hoy nos seguimos indignando por las mentiras vertidas por la clase política, por los grandes capitales, por las religiones; para sacar un provecho particular.

Hoy nos seguimos indignando por la inopia instalada en la mayoría social, de la que sólo se puede culpar a quienes sacan rédito de ella.

(Apunta aquí tu indignación).

Hoy seguimos INDIGNAD@S, quizás más indignad@s que nunca; pero sólo las personas que creemos que las cosas se pueden hacer mejor.

PIN PARENTAL O PIN NEANDERTAL

Temeroso el hombre de las cavernas de que sus hijos pudieran evolucionar inventaban toda clase de pines y chinchetas que ponerles en las ruedas, que serían inventadas mucho más adelante. El verdadero temor que anidaba en aquellos minúsculos cerebros, era la emancipación de los hijos, el no saber que responder a aquellos bichitos nacidos en el núcleo familiar; que las hijas habidas fueran a pedir los mismos derechos que los hijos; que hubiera quien eligiera en libertad amar a alguien de su mismo sexo. Eran tan machotes, que estaban cagados de miedo; pero claro, no podían confesar que las manchas marrones de sus taparrabos, no eran producto de las caguetillas que les producían los vértigos de la modernidad, el desconocimiento del futuro; la libertad de las progenies que habían de sucederles.

De los que contaban con más de dos neuronas en su espacio craneal; siempre una al menos de ellas en perpetuas vacaciones; había pocos y, la mayoría de ellos se dedicaban a hacer chapuzas a domicilio, que sellaban con el excremento sobrante de chapuzas anteriores. Bien pues, estos señores, acostumbrados a saltarse a la torera, cualquier norma que hubiera fijado el clan cavernario; dispusieron que no se les podía enseñar a los hijos más que los que los padres permitieran. Así se cargaban de una vez la libertad de conocimiento, el derecho de los hijos a elegir otras opciones distintas a las predeterminadas por los padres, se les sometía a la autoridad paterna.

Con el tiempo se fueron aclarando las cosas, se admitieron avances superando miedos y estructuras arcaicas; pero los de las pocas neuronas, siguieron existiendo e insistiendo en sus ideas inexistentes; porque una sola idea es la carencia de ellas. Acabaron por atravesar las barreras del tiempo y resurgieron no hace mucho en el solar patrio, declarándose desde su aparición, redentores de la humanidad y preclaras mentes en un denigrado medio como era la política. Llenaron de banderas todos los rincones posibles y alguno imposible. Taparon las bocas de los voceros mediáticos y usurparon la débil democracia que les daba cobijo, en medio de la inoperancia de políticos y justicia; más atentos, unos y otros, en ver quien la tenía más larga (la lengua, la mentira, la p…a?). Dados los pasos necesarios, merced a la escasa formación política de la ciudadanía y el desinterés de políticos y jueces, por defender la democracia real; de la que aún andamos muy lejos. Algunos medios muy bien pagados y mediocres voceros de los de neurona y media, se dieron el beneplácito de poseer la verdad absoluta, aunque para ello tuvieran que urdir las peores mentiras, fabricar los escenarios más increíbles o pasar el Rubicón; todo daba igual si conseguía colarse el virus del miedo. Inocular éste virus resultaría fácil en una población tan expuesta a infectarse, como las de Andalucía o Murcia. Ahí establecerían sus nuevos clanes cavernarios y apagarían todas las luces a la evolución. La tierra volvería a ser plana, volvería la Reconquista, volverían señores bajitos con bigotito y voz aflautada, volvería a reír la Primavera.

Consumados los hechos, vuelven los años del blanco y negro, de las banderas amarillas y colorás, el yugo y las flechas, los señoritos a caballo y el Mar Menor muerto muertísimo. Las escuelas crucificadas con crucifijo o por no tenerlo, las flores a María y los Santos Inocentes (más inocentes que nunca); “milana bonita”. Quien maneja mi barca que a la deriva me lleva? “El único partido en democracia que tiene varias causas abiertas en Fiscalía por presuntos delitos de incitación al odio es el mismo que defiende la libertad de los padres de sacar a sus hijos de clase cuando en estas se hable de derechos humanos.” (Violeta Assiego Diario.es). “No me gusta que a los toros te pongas la minifalda” (Manolo el del carro).

El circo ha comenzado, ahora los payasos llorarán en sus carromatos, han entrado en escena los neandertales; tenemos lo que habéis votado la mayoría sumado a la indignidad de los elegidos. Ahora a quejarse cuatro años y a perder un tiempo, que hubiera sido precioso, para conseguir que nuestros hijos encararan un futuro en libertad y conocimiento. La verdad nos hace libres, vuestros votos nos hunden en la ciénaga de la prehistoria. No hay bandera tan grande que tape la vergüenza que producís a la naturaleza.

Nuestro, genio sale a la luz cuando defendemos la verdad, aunque tengamos que superar el miedo que nos inoculan las instituciones. Pero seguís agachando la testuz, acomodando el yugo a vuestro cuello, gritando un VIVAN LAS CAENAS!; que rompe el derecho a la paz, a la igualdad, a la concordia. Asumís vuestra sumisión al poder económico, al poder eclesiástico, a poderes que se imponen por la fuerza y no por sus ideas, no por la bondad que comportan para las mayorías. No os importan las mayorías de las que, queráis o no, formáis parte.

Los Chupacirios que mean agua bendita, no deberían salir de las iglesias, los monasterios ni los conventos. Nadie los ha llamado, sólo el poder económico quien los necesita para sembrar diferencias, confrontaciones, miedos. No debieran haber salido de sus cuevas, por el bien del planeta.

Neandertales y Chupacirios han formado una comunidad resuelta a reconquistar lo inconquistable; donde no existió conquista, no puede haber reconquista; donde no hubo reconquista, no puede volver la reconquista. Mientras los chimpancés se organizan para obtener comida, ellos siguen negando la existencia de la diversidad, todo lo que no está planchado y uniformado les huele extraño; el miedo anida en sus exiguos cerebros.

No llueve, es que los Neandertales están meando!

SANTA SEMANA

A vueltas con la Iglesia hemos topado amigo Sancho…Seguimos topando y topando, como si nos fuera la vida en ello, que es empezar a hablar de feses y te llueven las aguas desde todos los lados, evidenciando que, para esto, la ley de la gravedad, se torna en ley de la levedad. Las levitaciones se suceden, o al menos, las levitas y puestos a ello; que tal si lo evitas?

Pero, por más que pongo distancia entre los impertérritos fieles y mi indolencia al respecto, más me persiguen las creencias en seres conformados a la esencia de cada mortal. Y eso que me dijeron que era al contrario.

Miren ustedes, tengo la tangente evasiva tan cerca, que me evado de sus penitentes impertinencias (porque no les pertenecen, mis creencias).

Aquí atado al suelo y al cielo, pendiente siempre del sol, las nubes y el viento; pendiente de que el ruido se torne murmullo arrullador; que cesen las estridencias. No hay tal, hay que topar, y vienen y te topan.

Amparados en el respeto que no muestran hacia nadie, reclaman visibilidad hasta en los infiernos, si existieran (los de los ángeles caídos, que de los otros, ya tenemos una muestra cercana). Cada cual que piense lo que quiera; faltaría más, don Usted!! Y que sienta lo que sienta, no se asiente en donde mi culo siente, más que nada por no clavarle mi osamenta.

Tengamos la fiesta en paz, que no hay paz ni fiesta, que todo está milimétricamente estudiado y acordado y, lo que les duele es que no sigamos su partitura. Miren, nos ha salido atonal!!! No lleva el ritmo!!! Me gustó siempre bailar suelto, darle expresividad a mis movimientos al son de cualquier música; porque la música me ha movido siempre. Lo que no esperaba es que se insistiera siempre en marcar el paso, aún a costa de pisotear los juanetes de la pareja de baile.

La uniformidad no existe, basta con echar un vistazo a la naturaleza, cada cosa que miremos tiene una identidad, algo que la distingue de otra, por muy parecida que sea. A los humanos nos va el tema de la uniformidad, por establecer distinciones, por entrar en la dicotomía del etiquetaje; somos así de simples. Vamos empaquetando todo, desde los primeros pasos, al último aliento, nos gusta sentirnos cómodos y no calentarnos los cascos.

Y vale; dotamos de personalidad a aquello que no es más que un puñado de escayola bien dispuesta, con algo de pintura para darle color, se nos va el alma si la ponemos encima de un pedestal y la hacemos procesionar por nuestras calles. Vale que te suban las consumiciones en los bares, vale que si quieres sentarte tengas que pagar por ello, vale que se te niegue el paso por esas calles, por respeto exigido. Contraste de pareceres, todas pagamos nuestros impuestos; de quién son las calles?

No es la religión algo íntimo?

Bueeeeenooooh! Esto mismo ya es ofender, faltar al respeto, ser un hereje, un delopeor. Pero mis pasos tengo que dirigirlos por caminos que me hacen rodear calles otrora francas (que mal me suena esta palabra); digamos en su lugar abiertas, o libres (que parece todo lo contrario). A ciertas edades, tener que andar con rodeos, es una puñeta añadida.

La Santa Semana, por fin, toca a su fin. Y eso que hemos tenido un domingo de República, en pleno inicio de la Santa, las incongruencias del calendario eclesiástico, a ellos les está permitido.

Nuestras razones siguen siendo las calles, lo público, la justicia social, la igualdad, la solidaridad…Tiramos palante con nuestras reivindicaciones, no nos interesa una falsa fiesta, no nos interesan las falsedades, de gentes que se parten el pecho al son de una saeta y le niegan el pan y la sal a cualquiera que los necesite. Nuestra Semana Santa, no tiene tronos, tiene trinos; nuestra Semana Santa no tiene sudarios, tiene sudores; nuestra Semana Santa no tiene tercios, si no son de cerveza; nuestra Semana Santa no tiene cofradías, tiene hermandad; nuestra Semana Santa no tiene calles cerradas, sino abiertas.

También tenemos acampada de “los sin techo”, a las puertas del Ministerio de Asuntos Sociales en Madrid. Tenemos a las pensionistas en las calles, por las pensiones del presente y del futuro. Tenemos a las personas de la tercera edad que piden mejor asistencia en las residencias. Tenemos una Educación que queremos hacer Inclusiva realmente. Tenemos un ambulatorio que debería ser el Hospital del Rosell. Tenemos hermanas que son asesinadas y nos dejan un vacío imposible de volver a llenar. Tenemos políticos corruptos a los que echar de las instituciones. Tenemos amistades que se nos van para no volver. Tenemos a jóvenes trabajando por una miseria en el extranjero, porque aquí no tienen trabajo. Tenemos un mal reparto de la riqueza que nos deja a la mayoría cercanos a la indigencia. Tenemos de todo, casi nada y de lo que nos sobra es miseria, dolor, injusticia.

Nuestra Semana Santa es cada día; nuestra pasión sale a las calles, cada día; somos escupidos, azotados, maltratados, asesinados, cada día. A lo sumo que aspiramos es a que sigamos siendo invisibles.DSC_0003 (1)

LOS INVISIBLES

Son muchas las situaciones en que nos sentimos invisibles; se que no es cosa particular, lo que no mejora la realidad.

Hace años que, limpiando un centro escolar, evidenciaba que era invisible para los profesores que allí ejercían su docencia, quienes pasaban a mi lado sin reparar en mi existencia, quizás andaban muy ocupados en sus propios pensamientos. No resultaba nada grato, tener que volver a fregar un pasillo interminable, ya fregado, por la anteriormente nombrada invisibilidad.

Hace menos tiempo, acampados en las puertas de un hospital como el Rosell, después de más de 80 días de acampada, en la que habíamos llenado de pancartas y pintadas todo el parking del hospital. Resultábamos invisibles, no sólo para los ilustres jefes de servicio del hospital, sino para la prensa, los políticos y los propios compañeros activistas. Tuvimos que poner pancartas avisando de nuestra existencia, en todas las puertas de entrada al hospital. Aún así, continuamos siendo invisibles. Es posible que lo tengamos que presentar en Cuarto Milenio.

Acostumbrados como estamos a esta invisibilidad, llevamos más de 4 años saliendo con cartelería variada en producción y reivindicaciones. Los resultados avalan la invisibilidad que nos persigue. El Rosell, continúa siendo un ambulatorio, mientras la vida de miles de personas, igual de invisibles, corre riesgos innecesarios.

Hace apenas unos días, presentábamos un proyecto para dotar de visibilidad a personas a las que se les ha invisibilizado pese al aporte en terrenos como la cultura, la educación, la música, el teatro, la literatura, la defensa de la naturaleza, la defensa de los Derechos Humanos, la conciencia, la empatía, la solidaridad…Y un largo etcétera, que sería prolijo comentar en estos momentos. Tanta invisibilidad, ha llevado a éste proyecto a quedar invisible. Seguimos en la senda de lo proyectado, y, como proyección; somos intangibles, pura luz en mitad de las sombras.

De tal modo, los invisibles, perseveramos en que nuestra invisibilidad sea una piedra en el zapato de una sociedad demasiado concreta, demasiado cemento, demasiado evidente. Es posible que sigan sin vernos; pero nos van a tener que sentir.

Claro que, cuando nos metemos en terrenos de “lo concreto”, llevamos las de perder siempre; aunque poco importa perder cuando nada tienes, cuando eres tan invisible como tus ideas, por muy concretas que estas sean.

La invisibilidad no duele; pero el dolor es invisible, a veces, tanta ignorancia se nos cuela entre pecho y espalda; como una daga que nos atravesara. También esa daga, entra en el terreno de lo invisible y la vamos a tratar como merece.

Los millones de invisibles que nos movemos en las sombras de esas egregias figuras que todo lo dominan, si que nos vemos en medio de esa luz cálida que desprenden las buenas gentes, nos vemos en el abrazo que nos acerca y en el hombro que se nos ofrece, en la mano que estrechamos, en el límite de una sonrisa, en el chispear de unos ojos. Ahí, los invisibles tomamos cuerpo, nos realizamos, nos creemos y creamos, nos sublimamos.

Así pasa, en rincones del espacio de ésta tierra que se nos cuela en los ojos, arrastrada por el viento; que se nos pega a la piel que nadie ve; nadie, que no quiera ver.

Visibilizamos a Eusebio, a Joselu, a Luis, a Carlos Alberto, a Esperanza, a Chusa…Son tantas las personas que hemos visto, que ya no veremos, que su invisibilidad alimenta nuestra necesidad de hacernos visibles, de hacernos piedra, de pertenecer a la tierra, de escribirnos en el cielo y cantarnos en el estrellarse de las olas. No hay piedra que no tenga más corazón que quien niega a otra persona.

En estos días que comienzan la Semana Santa y la Campaña para las Elecciones Generales; se nos arranca de la invisibilidad, necesitan vernos, necesitan saber de nuestras necesidades; de esas necesidades que les hemos estado repitiendo por activa y por pasiva a lo largo de los siglos. La Semana, será todo lo santa que se quiera, siempre a golpes de euro y falsos golpes de pecho. Mucha constricción y mucho amor a lo divino, olvidando que lo divino está representado en la Tierra por aquellas personas invisibles que desaparecen en las aguas del Mediterráneo, las que mueren de frío por no poder pagar el recibo de la luz, las que mueren de camino a la Arrixaca, por no tener un servicio de hemodinámica en condiciones en Cartagena, por no tener una Sanidad Pública en condiciones; las asesinadas por el simple hecho de ser mujer; las personas que dependen de una pensión para sobrevivir; las empujadas al suicidio por un desahucio…Somos muchas las invisibles, y todo lo expuesto se puede trasladar al aspecto político; son los políticos elegidos los que deben representar y dar corporeidad a tanto invisible; pero distan mucho de responder a las necesidades para las que son elegidos y, sobre todo, distan mucho de responder a las necesidades reales de la mayoría.

De entre todo este marasmo en el que nos envuelven con sus dimes y diretes, sus bazofias periodísticas, sus histriónicos gestos, su charlatanería; entresacar algo en claro, resulta casi imposible, sobre todo, cuando se nos recluye a la invisibilidad, cuando asumimos esa invisibilidad como natural y desaparecemos durante los períodos entre elecciones; cuando nos arrinconamos a sufrir en silencio el chaparrón de incongruencias a que nos someten día si y día también.

Por eso, también hay clases de invisibilidad en las que el ser conscientes de ello, nos hace ser incómodos para los demás seres invisibles; no sea que se nos vaya a ver.IMG-20190408-WA0095

DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Venimos de un domingo en casa de Miguel, adonde fuimos a poner un poco de claridad; a veces, es necesario poner las cosas en su sitio, para poder ver las cosas; aunque tengamos que perder algunas cosas en el intento. Algún ratón tuvo su ocasión de poner a prueba sus dotes de evasión, el pino de la entrada se resistía a dejarnos franca la entrada, nos tocaba el cogote, nos rociaba con un polvillo que nos procuraba desazón. Zula defendía su baluarte; pero era muy permisiva a las caricias; salían juguetes, trapos, papeles, herramientas, cds, casettes; salían recuerdos que no recordábamos, a los que Miguel ponía palabras, ponía sentido, algunos sinsentidos, amores, aquella leve sonrisa, la lágrima que se asomó al balcón del párpado. Al final, la claridad nos daba la razón, la cara de Miguel lo corroboraba.

Son esas pequeñas luchas cotidianas las que nos hacen grandes, las otras, las luchas grandes, están preñadas de infinidad de las primeras. Las que no se ven, incluso provocan alguna sonrisa de desdén; son las luchas de cada día, en ellas están también presentes las personas que luego vemos en las luchas grandes, presentes, pero no necesariamente visibles. No buscan la foto, eso ya queda para sacabarrigas de siempre.

Me incluyo, como a un grupo de gente normal, mi grupo; en estas pequeñas luchas de cada día, a comprar el pan por el Rosell, a por la compra por las pensiones, a pasear por el carril bici, a saludar al vecino por la Educación Pública. Eso es lo que vivifica las calles, nos vivifica a las personas.

Reivindicamos también la vida de aquellas personas a las que se las arrebatan injustamente, visibilizamos a las mujeres asesinadas a manos de sus parejas, o de hombres que poco tienen de humano; de los menores que nunca llegarán a la edad adulta, segada la vida por esos mismos seres innombrables. Desgraciadamente, el lunes, que habíamos comenzado con nuestro habitual Lunes al Sol, de Norte a Sur y poniendo el reconocimiento a tantas personas y colectivos que luchan por lo que es público, lo que disfrutamos todas las personas gracias a la lucha de las personas que nos precedieron, también por ellas, defendemos lo que nos han legado. Ese lunes que amanecía con la luz de un sol espléndido, daba paso a una tarde noche de obligado paso por El Icue, una vez más, una mujer menos, una persona con nombre y apellidos, no un número, no unas pocas palabras sobre cualquier papel; no otra cosa que un ser vivo, con sus grandezas y miserias, con su vida en activo. Libre, no esclava de nadie, no posesión de nadie; necesaria para la propia naturaleza que la había puesto en el mundo. Todos los derechos deshechos, todas las esperanzas frustradas, todos los latidos perdidos, todas las miradas, todos sus gestos, sus palabras, sus caricias, sus sonrisas…Todo abortado por la mano del que creyó ser su dueño. “Nos queremos vivas, nos queremos fuertes”; dicen ellas, y cualquiera que tenga entre los hombres un poco de sentido, repetirá; “Las queremos vivas, las queremos fuertes”. No nos sobran las hermanas, las madres, las sobrinas, las primas, las cuñadas, las tías…No nos sobra ninguna, son esenciales en la vida, en nuestra vida, en la vida de esta Tierra madre y ejemplo para sus hijas e hijos.

La actividad interna del grupo nos tiene de los nervios, al borde de un ataque de risa, al borde de la locura; pero por la parte de dentro. Hay proyectos que se resisten a ver la luz, hay burocracia que nos lleva de los pelos, hay apoyos internos y externos; no podemos ceder, tenemos que dar un paso más. Aquí nos tienes, cumpliendo plazos, cumpliendo días, cumpliendo sueños…

Pasamos a ras todos los obstáculos del camino, acabamos la semana burocrática victoriosos. Quedamos a la espera de resultados que dependen de otros, instituciones, frente a las que no somos más que otra oferta.

Nos quedamos en la puerta del Viernes del Cambio Climático, esperando infructuosamente la convocatoria en nuestra ciudad. Los jóvenes en Cartagena andan enredados en otras dinámicas, el consumismo es lo que tiene. Ahí los tienes, dejándose seducir por el diablo, haciendo el agosto a las grandes superficies, llenando sus cuerpos de esos venenos legales.

Y ahora, metidas de lleno en el Cambio Climático, nos tomamos unas cervezas fresquitas en pleno invierno polar, o un asiático a la luz del sol más achicharrante, así no hay quien viva. Lo peor es que es la herencia que dejamos a esos que siguen sin voz, tras los pupitres; silenciados como si no existieran, ellos de los que decimos “son nuestra razón de ser”. Muchos y muchas tenían decidido ahogar sus voces en el botellón previsto para el día. Andaban ocupados en agruparse, en animarse, en comunicarse; en vivir rápido la circunstancia favorable del día. El Sistema tiene razones que muchas razones desconocen. Sobre todo cuando las razones están poco curtidas, cuando las mentes en formación, han sido sometidas a la brutal deformación a que las someten los mismos medios del Sistema. Cerrando el círculo cárcel en el que nos vemos sometidos, ellos y nosotros.

Pero seguimos empeñados en ponerles voz, en ponerles futuro, en ponerles tierra bajo los pies.

Y del presente futurible al pasado irrepetible. Gracias a Memoria Histórica de Cartagena, hemos tenido la oportunidad de contar con la presencia y las palabras de Pedro Costa, coetáneo y amigo de Artemio Precioso, mayor republicano del que nos vino a contar cosas que sólo son permitidas a personas cercanas, secretos que la historia nos ha venido escondiendo; secretos que han condicionado la vida de toda España en los últimos cuarenta y tantos años. En fin, detalles de una historia que explican la manera de proceder de la dictadura fascista de Franco y todo su séquito de asesinos y traidores. La miseria y la falta de altura humana de algunas personas, en un momento determinado, nos abocan a las mayorías sociales a sufrir durante años. La infamia de algunos personajes que auparon al poder al petimetre criminal.

Pedro Costa, junto a Artemio Precioso fueron pioneros del ecologismo en España, institucionalizandolo, dotándolo de forma y contenido, luchando contra la apatía de los partidos políticos más progresistas, incluso contra su propia ideología. La semilla estaba plantada, y se la nutría convenientemente, a pesar de los poderes contrarios, de los poderes que sólo aspiran a poder; pero que nada pueden contra la realidad de la vida, contra la madre Tierra.

Había mucho más que contar; pero me he quedado con esta foto de mis 15 años…IMG-20190311-WA0015 (2)

NO SOY YO, SON LOS MERCADOS

A requerimientos de nuestros compas desplazados a las Murcias, (utilizo el plural porque considero que las ciudades no son una sola) se desplaza CeciliOcean, en el día de hoy para establecer contactos con las Cartagenas. Con la idea puesta en vender nuestros “Lunes al Sol”, nos traiciona el subconsciente traidor y nos pone a mercadear con los Derechos fundamentales justo a las puertas del mercadeo; todo un ejemplo para quienes venden la Sanidad en éste sacrosanto imperio del patrioterismo. A las puertas del Rosell y junto a la gran superficie que me niego a nombrar, nuestro humilde puesto ofrece Derechos a los transeúntes y los transelimpies. Derechos tirados por los suelos, derechos desechables como los pañuelos de papel y las bolsas de plástico conque asfixiamos a la Naturaleza. Derechos que han sucumbido ante la pasmosa pasividad de las mayorías silenciosas o silenciadas. Ahí estamos, en el lugar en que se hizo desaparecer todo un hospital emblemático, hoy convertido en ambulatorio. La magia no tiene límites para estos petimetres políticos que elige la ciudadanía poco informada, mal informada y deformada (y siguen siendo mayoría). (Un dicho, muy redicho el, preconizaba: “Millones de moscas comen mierda, seamos demócratas”). Lo cierto es que el dicho lo retoco yo, que para eso me tomo la molestia o el placer de escribir estas letras.

Cada cual en su tarea, Cecilio se dedicó a entablar conversación con personas que pasaban por nuestro mercadillo. Admirable su tesón y su manera de involucrar a las personas en la realidad que les circunda, de la que pretenden seguir siendo ajenos.

El espectáculo continúa y la performance se reforma sobre su propia forma, somos más de lo que aparentamos en cada momento y capaces de aumentar en forma y tamaño. Como gesto común, desaparecemos.

El plan B incluía la comida, en la que nos íbamos a juntar los antedichos que no he nombrado, más algún otro que nombraré en otro momento. Esos con mis niñas; mis niñas y mi puchero, y aportes varios de los comensales y comen otras cosas, les debe gustar el dulce, porque mira que había dulces. Se alargó la sobremesa el tiempo justo, la mesa no se pudo alargar más; pero en estos tiempos que corren se agradece el calor humano. Mucha humanidad en poco espacio; Julia y Alma, por empezar por la juventusssss, Cecilio, Israel y Mar, Iwona, Antonio “Lázaro”, María Betanzos. Un grupico guapo, si lo miramos con el corazón y no nos paramos en bellezas estereotipadas, las del mercado. Comentar comentando y queriendo comentar, comentamos tantas cosas, recuerdos que venían a las mentes, proyectos de futuro, actuaciones de presente. Estamos en marcha y nos queda gasolina para rato.

Por la tarde salimos de “etiqueta” a pasear por el Barrio Peral, un paseo con María, Ana, Berni, Mar, Isra y el que suscribe, con la colaboración de Pedro. Acciones de calle, de las que no se callan y levantan interrogantes en las mentes más diversas. El aliento de la calle, se recoge en la calle; en el lugar más insospechado, hay alguien que quiere más información; que desea intercambiar conocimientos, que tiene una opinión más o menos ajustada de lo que ocurre.

Como nos va la marcha, acudimos a la reunión de las Marchas por la Dignidad, en ésta ocasión se hacen en Cartagena, no podemos quejarnos en este aspecto. Buena afluencia de gente representación propia y en representación de diversos colectivos de la Región. Rascasa, Yayos, Memoria Histórica, la PAH, Afectados de Idental, Tres Veintiuno, No + Precariedad, y alguno que olvido a buen seguro. Sentando las bases para las próximas movilizaciones locales, regionales y estatales. Que no se puede dejar el mundo al libre albedrío de mercados y políticos. Seguiremos aunando esfuerzos, llamando a la gente a ejercer sus derechos, a reivindicar en las calles, a compartir sus luchas, a hermanarse.

Estamos en la más precaria de las situaciones, los enfrentamientos políticos (de aquellos que pidieron el voto para representarnos en las instituciones), nos han dejado sin presupuestos generales, los más sociales de los últimos años. Debemos dar gracias a la derecha que viene jodiéndonos desde que apareció en escena, cuando gobierna y cuando está en la oposición, será que sus intereses no están con la ciudadanía. Ha venido enfrentando a las diversas nacionalidades, han intentado vacilar a Catalunya, la han puesto a los pies de la incultura y el revanchismo nacional, a los pies de quienes no tienen cabeza, o la tienen donde el culo. Quien siga pensando lo contrario debe hacérselo mirar. Ahora también quieren culpabilizar a Catalunya de que los presupuestos no se hayan aprobado. Qué han votado PP y C’S?, que han venido clamando todo este tiempo al respecto. Ahora que sale lo que ellos quieren, la culpa también es de los catalanes y nacionalistas.

Ya suenan las trompetas atronando y derribando al gobierno y salen a la luz las bestezuelas del submundo. Se nos amontonan las elecciones, vamos a ver las urnas en 3D; todo por no querer que votaran libremente en su momento, una parte importante de españoles (que cada día quieren serlo menos, y a los que uno si contemplo el deambular político nacional). A la consulta prevista para las comunidades y los ayuntamientos, se suma la consulta el próximo mes de Abril, para elegir un nuevo gobierno, (nuevo?). Porque este gobierno ha tocado fondo. Lo que no sabemos es si alguna vez alzó el vuelo; pesan mucho los millones que atesoran sus dinosaurios; casi lo mismo que la ausencia de dos de sus siglas; Socialista, Obrero.

Nos veremos en las urnas y en las ortras; nosotras seguimos en las calles, los mercados son lo que son, se compran y venden derechos, personas y gobiernos.

Está todo por los suelos; BARATITO OIGA!!!!

Corazón asesinado

Para empezar la vida, la luz, el amor, la esperanza…

En qué momento se desvió la trayectoria de quien creyó que la muerte era solución?

Para seguir, la vida…

No existe el camino si no existe caminante, si la voz se calla, no hay palabra, no hay respuesta, no hay defensa. María madre, amiga, amor de su hija y viceversa; reducida a la mínima expresión que soporta un cuerpo; desposeída a la fuerza. Llorando a su único eslabón con la vida, clamando por la vida de su vida, de su cuerpo roto. María también fue asesinada, como lo fuimos cada una de las personas que creemos en la vida. Todas podemos sentir el acero en la garganta, los estertores de la muerte, la carne hendida.

Todas somos víctimas de un inútil ser que se coló en nuestras vidas, sin ser vida, sin ser humano, sin empatía. Víctimas de una mente cobarde, de un psicópata, una mala bestia incapaz de sentir nada, incapaz de humanidad y aún de instinto. Verdadera escoria o vómito de la sociedad que hemos creado a lo largo de la historia.

“Por qué mataste a mi hija?”; pregunta María al asesino, como quien grita a un muro, a una piedra, al vacío. La valentía de una madre, frente a la cobardía de quien se otorga la posibilidad de segar una vida.

María seguirá llorando hasta el último respiro a su hija ausente, nada ni nadie podremos evitar su sufrimiento; su ausencia no puede obviarse, no puede taparse con ninguna otra presencia. María se convierte en madre de todas las hijas, porque en cada una de ellas hallará un enlace con la vida de la suya; con su propia vida. María es la madre con el corazón roto capaz de gritar a la cara del asesino, capaz de amar a cada mujer y discernir entre los hombres; capaz de preocuparse incluso, por el letrado defensor del asesino.

Persona tan grande que hemos visto atravesada de dolor, retorciéndose en el suelo; “Mi hija, mi hija”. La vida arrebatada a la hija, es arrebatada a la madre y me sumo, como muchas otras personas con las que he comprobado, que a todas nos falta un trozo de vida. Todas hemos sido asesinadas.

Buscando las palabras; María comentaba; “Es la ira lo que me mantiene viva”. Yo se que es otra cosa, te mantiene viva el amor de madre, ese que ya no tiene destino cierto en tu vida. Andamos muy necesitadas las personas de personas como tú, capaces de amar tanto.

Por todo esto resultaba innecesario tanto agradecimiento por tu parte, María; también por parte de tus hermanos. Es la propia necesidad de sentirse, de humanizarse, de amarse; la que nos mueve, la que nos hace, la que nos une, nos hace SER. Ese ser con mayúsculas que buscamos en la vida, que buscamos entre los seres más queridos, entre las personas que podemos mirar a los ojos y entre aquellas personas de las que se espera que den la talla para poder considerarlas seres humanos.

Tan sencillo, que muchas veces, pasa desapercibido y, para nuestra desgracia; a veces, damos crédito a seres que de humano, tienen poco más que la apariencia.

Aún con una extraña sensación en la garganta, con un cuerpo que responde a medias, con los ojos húmedos y la mente maltrecha para poder ordenarse, para asimilar lo visto y lo oído en estos días; hay una figura que destaca enorme en su simplicidad, enorme en talla interior y verdadero ejemplo de Ser Humano, María.

Cristina está presente en tu presencia, y recibe las “caricias” de sus niños, en cada recuerdo tuyo, en tu gesto amable, en la levedad de tu sonrisa. Está con nosotros porque tú estás y la sentimos en esencia, a través de un gesto tuyo, una palabra, tu mirada.

Atrás, muy atrás queda la Justicia; hemos progresado poco y mal en éste aspecto. Desde el lado humano, resulta imposible evaluar a una entidad que se destaca por su ausencia de humanidad; con qué medidas se puede medir la atrocidad? Cómo se puede valorar una vida? Qué pena restituye una muerte?

No, no es ese nuestro camino; podemos parar y mirar el paisaje, o charlar de cualquier cosa, detenernos por una flor junto al camino…Pero el camino se abre frente a nuestros ojos, dispongamos el paso siguiente y luego el otro. Abracemos el sentido de la vida, abracemos el amor en cada paso; caminemos resueltamente, sembrando; paz y armonía; haciendo humanos nuestros pasos; abriendo los brazos a la vida.

Ya solo me queda recordar que el asesino, ha callado para siempre una voz; pero somos miles las voces que ha sacado del silencio, miles las que se irán uniendo de quienes amamos la paz y la palabra, de quienes creemos y creamos humanidad, no seres sin nombre y sin corazón.

La vida nos otorga las razones necesarias, seremos el ser imprescindible, dejando de lado la violencia.20170327_203449

SER O TENER?

Cada día nos vamos a dormir con la conciencia tranquila, todo ha ido bien durante la jornada, nuestra vida continua. Estamos tan felices de que todo vaya fluyendo con la tranquilidad habitual, no nos falta nadie, a no ser que la enfermedad o un accidente nos provoque una pérdida.

Esto es lo que debería ser siempre, en todo lugar, para todas las personas. Deberíamos emplear nuestros esfuerzos en mejorar nuestras vidas y con ellas, las de los que tenemos más cerca, hasta llegar a toda la humanidad.

Lo que nos está ocurriendo, lo estamos viendo, es bien distinto. Nos hemos instalado en un sistema que nos desborda siempre, que nos exige por encima de nuestras posibilidades, porque no tiene límites, como su avaricia. Se nos ha impuesto el poseer como bien supremo, hacemos gala del tener; nos sentimos poderosos por ello. Poco importan los medios empleados para llegar a tener más que otro, más que nadie; son las normas de un capitalismo caduco que nos aboca a las puertas de un exterminio total. Vivimos esta mentira como la única y suprema verdad. “Lo llevamos marcado en los genes”; se oye decir, como si no hubiera salida posible. Como si el ser humano no hubiera, voluntariamente, elegido aproximarse a sus semejantes, rodearse de ellos, por razones obvias de protección y de reproducción. Los mamíferos necesitamos del tacto, del contacto, “el roce engendra el cariño”. Sólo las pasiones más bajas, las más desvirtuadas e inhumanas, nos separan, nos excluyen, nos desmarcan. Sin embargo, tan adentro se nos ha introducido la idea de la posesión, que muchas personas lo adoptan en el terreno de las relaciones, sin que nadie les reproche el error de apreciación en el que se mueven. Sería labor social y en ello de los respectivos gobiernos, reconducir a estas personas, a todas las personas, hacia una visión más real de las relaciones humanas. Pero la pasividad del gobierno es notoria en este terreno, sus intereses están muy lejos de los intereses de los gobernados, viven en un mundo paralelo, se pliegan a los intereses de los grandes capitales, que son quienes marcan las normas y las leyes que les protegen a ellos y solo a ellos. En éste sistema, poco importan las personas, los individuos son simples unidades de producción de las que, las grandes corporaciones, tienen a millones en nómina; somos piezas fáciles de sustituir. Cuanto más bajamos en la escala de valores sociales, fundamentados en el “tener”, como ya he dicho, las piezas adquieren menos valor, tanto para las élites como para sus marionetas en los gobiernos; por qué iban a pararse a pensar en ellas? Si no merecen un estudio serio, merecen el gasto que estos pueden generar?

Las constituciones están llenas de palabras rimbombantes, de buenos deseos que se quedan solo en eso, en ecos que se pierden por los rincones de una habitación, humo que desaparece ante nuestros ojos.

Asistimos impávidos a la masacre que se está realizando en las múltiples guerras que se mantienen hoy día a través del mundo, de los actos de terrorismo; cómo no íbamos a quedarnos de brazos cruzados ante el terrorismo machista? De este modo, el gobierno del PP se permite un ahorro en los presupuestos de un año, dentro de las políticas contra la violencia machista, para implementar los presupuestos del año siguiente; como si hubieran cubierto las necesidades del año anterior; cuando sabemos las carencias que se vienen manifestando en forma de más violencia, de más asesinatos, de más desprotección para las víctimas.

No importa, ya digo que sus políticas están lejos de preocuparse por las personas, menos por las que están abajo, las más vulnerables, lo vienen demostrando día tras día. Incluso el poder judicial, bien colocado por el gobierno de turno, es un títere del gran capital; en línea con el poder eclesiástico, fundamentado en bienes muy terrenales y lejos de las divinidades a las que aluden en vano. En cuanto al cuarto poder, los medios, están desde hace mucho en manos del Gran Poder; no podemos esperar mucho de ellos, ningún perro muerde la mano que le da de comer.

Someter por el miedo a los sectores de la sociedad más vulnerables, es práctica habitual de sistemas políticos inhumanos. Todo está milimétricamente estudiado para favorecer los intereses del capitalismo. El patriarcado es una de sus señas de identidad. No podemos esperar nada de los partidos que se vienen alternando en el poder en España, los medios serán siempre insuficientes para las victimas, sólo servirán para maquillar la imagen de unos y otros gobiernos. La esperanza de un cambio a esos niveles (de estado), nos situarían en una posición que tardaría demasiado en resolverse. Hoy en día lo que nos preocupa es la situación en Catalunya, el paro, los masters, la exhumación del dictador.

Pocas opciones quedan para elevar el tema de la violencia de género al lugar que merece en la lista. Estas opciones pasan por la organización de unas bases realmente concienciadas y luchadoras por el fin que se persigue. Sacar el debate en cada ocasión, en cada lugar, hacer visible lo que tratan de invisibilizar; es una de las tareas que corresponden a estas bases. Paralizar el sistema es algo difícil; pero no imposible, es algo que atenta directamente contra los intereses del Gran Poder; caminar hasta lograrlo sería un objetivo primordial. En ese camino se irían sumando otros sectores sociales que son alienados por una u otra razón.

Empecemos con fuerza a gritar a los cuatro vientos nuestras reivindicaciones, la necesidad de volver a entrar en la razón de nuestra supervivencia, la de la especie. El miedo no es una buena arma, siempre se funciona mejor con el contacto que con el palo.

Tenemos que parar este goteo constante de asesinatos de mujeres y para ello hay que desarrollar una estrategia que se mueva en todos los ámbitos sociales.

No quiero volver a gritar; “NI UNA MENOS”.

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